Oración ven a mí

Clamo a las energías universales presentes en este ambiente para solicitar su protección y auxilio, pues ansío que la persona que amo retorne (menciona su nombre) a mí. Que se dispersen los miedos, desaparezcan los rencores, huya la ansiedad y se desborden los sentimientos puros y sinceros.

Ven a mí (repite el nombre), vuelve a mi lado, pues no hay descanso desde tu partida, mi corazón, mente, alma y cuerpo no te han olvidado, tu esencia sigue conmigo y tus palabras rondan mis recuerdos.

Ven a mí, que el poder del Magnánimo y las vibras del universo nos cuiden, que ningún mal nos logre separar, que los impedimentos se disuelvan y que la montaña de la distancia se derrumbe de una vez por todas.

Ven a mí, y descansa en mis brazos, alumbra mi camino y disfruta de la felicidad en mi compañía, acércate, pues te quiero solo a ti y mi corazón te está esperando. Amén.

Nota: Es efectiva para recuperar a un viejo amor o enamorar a alguien que te gusta. Rézala una vez cada 15 días hasta que notes sus efectos.

Padre Omnipotente, Rey Todopoderoso, creador del mundo, del infinito Cosmos y de todo lo que nos rodea, acudo a tu infinito poder incalculable e inigualable para convocar la atracción de la prosperidad a mi vida, que se quede conmigo y que no se aparte, que nunca falte y sobre, para poder ayudar a otros en tu nombre.

¡Oh, San Cono de Teggiano! Que fuiste noble y generoso, con cientos de personas necesitadas, vengo a rogar que acudas a El Salvador Supremo para que el dinero venga a mí, que se abran los caminos de la abundancia y la riqueza y jamás se cierren. ¡Dinero, ven a mí! ¡Dinero, ven aquí! Amén.

Amor mío, mi ilusión, mi complemento. Conoces la magnitud de mi amor, sabes como arde en mi pecho y lo mucho que valoro tu presencia, sé que tu también sientes lo mismo, por eso, en este instante, declaro ante Dios y las fuerzas del universo que debes regresar a mi lado.

Vuelve (menciona el nombre completo) porque tu lejanía es motivo de mi aflicción, de oscuridad y de tristeza, porque te extraño, eres parte de mí y yo de ti, eres tú quien llena mi alma, mi felicidad y parte de mi ser.

Gracias a las influencias de Cupido, el Dios del deseo amoroso, y de Venus, la Diosa del amor, domino tu ser y tus pensamientos hasta que vuelvas a mí y me necesites como yo te necesito a ti. Que Lila, Malva y Jacinta incluyan en sus sentimientos y penetren en sus sentidos para que venga a mí y permanezca conmigo.

San Marcos de León, que amansaste feroces dragones y leones con furia, permite que llegue hasta mi puerta dócil, con espíritu manso y desesperado por no querer separarse de mí.

Invoco a los dioses del amor para que penetren en sus recuerdos y traspasen su corazón, que la nostalgia se haga paso con su espíritu y se lleguen a la mente los momentos felices vividos. Que se arrepienta por haberme abandonado y me dé todo lo que se negó a darme con ilusión y fervor. Lo decreto y así será. Amén.

Niña Blanca, Santa y poderosa compañera, amiga y señora Nuestra, conocedora de lo eterno y de los secretos del mundo, ángel consolador de angustias y penas, que acompañas hasta el último segundo de la vida. Asisto a ti para suplicar por el retorno de (di el nombre de la persona), que se ha ido dejándome en completa aflicción y desilusión por su abandono.

Sea cual sea el motivo de su partida, sin importar si fueron calumnias, mentiras, chismes malintencionados o alguna molestia causada que nos enfrentó, ayúdame a que vuelva a mi lado.

Se ha abierto un abismo entre nosotros y nos hemos distanciado en cuerpo y alma, hasta el punto de que ya no está conmigo, nuestros caminos van por distintos senderos y el dolor nubla mi mente y carcome mi corazón.

Te ruego, Señora Santa, que, con tu poder infinito, guíes nuestro destino y nos unas nuevamente, y que así mi corazón y mente encuentren la calma que tanto ansío. Te alabo con fe y esperanza y te ofrezco mi devoción eterna y una ofrenda de rosas blancas ante el favor concedido. Amén.

En nombre de Jesucristo, redentor de los pecadores y vencedor, proclamo que yo venceré y amansaré a (menciona su nombre) para que venga a mí, se aleje de quien lo aparta del sendero que trazamos juntos y elimine toda energía maligna que intente separarnos.

Corderito Manso, que cerca de Dios en el altar te encuentras, aparta a mis enemigos y limpia mi corazón. Te pido, que, por la Sangre derramada por Jesús en la cruz, hagas que venga a mí (repite su nombre) y se rinda a mis pies, sumiso, calmado y obediente.

Que el espíritu del dominio me dote de fuerza para que sus cinco sentidos se concentren en mí, que su juicio, pensamiento y voluntad quede atado a mí ahora, mañana y siempre. Conjuro, en nombre de Jesús, María y José, que venga a mí como cordero manso, lleno de amor, atención y devoción a mí. Amén.

En nombre de quienes han amado, aman o amarán, reclamo al universo que venga a mí, mi amado (di su nombre) para que seamos una pareja que desborde amor, entendimiento, respeto y unión para toda la vida. Sin ti caigo en la oscuridad, pues eres la antorcha que ilumina mis días, sin ti me desespero, pues te extraño más que a nadie, sin ti me consume la aflicción, pues eres mi amor verdadero y te necesito, y, tú también a mí.

Espíritu de la noche, haz que (di su nombre) al dormir, solo sueñe conmigo.

Espíritu de la mañana, te invoco para que al despertar lo primero que piense sea en mí.

Espíritu del amor, ruego que sus suspiros me pertenezcan, se desespere al recordarme y su corazón lata agitado al verme.

Que no se sienta atraído por nadie más, que aborrezca a cualquier falso amor que se le acerque y que busque mi cercanía, ya que yo le amo con todo mi ser y quiero lo mejor para él. Nuestro destino es estar juntos, por eso, ven a encontrarme y pertenezcamos el uno al otro. Abre tu mente, corazón y espíritu para que el amor entre. Que así sea.

Existe un proceso muy eficaz para recuperar el amor en una relación que acompaña a esta oración, mejor llamado como el ritual del perfume ven a mí. Para ello, necesitarás un velón y un pañuelo rojo, un frasco de vidrio con su tapa, aceite de almendras, rosas, canela, sándalo, de flores, canela en polvo y un toque de tu perfume personal. Estos son los pasos a seguir:

1. En el frasco de vidrio vierte 7 gotas de cada uno de los aceites (almendras, rosas, canela, sándalo y el floral) y añade 7 gotas de tu perfume.
2. Hecho esto, tapa el frasco con el paño rojo y espera que repose por 3 días en un sitio oscuro.
3. Pasado este tiempo, unta la vela por todos lados con el preparado (menos la mecha) y enciéndela. Visualízate a ti junto a la persona que deseas que venga a ti por unos minutos y repite la oración del perfume ven a mí: «Poderosa vela ven a mí, haz que (menciona el nombre) no pueda dejar de pensar en mí ni un segundo. Únenos con amor, pasión y afecto sincero».
4. Esparce un poco de canela en polvo sobre la vela y sigue meditando por unos minutos en tus deseos y pidiendo lo que anhelas, alejando todo lo posible los pensamientos negativos.
5. Finalmente, apaga la vela y escóndela en un espacio secreto donde nadie la vea ni la toque.

Por el inmenso poder de San Cipriano, que siempre atento y cercano a tus fieles estuviste, acudo a ti para rogar que (di su nombre) venga a mí de manera definitiva, que me quiera para siempre y por siempre a su lado, que llegue enamorado con locura tocando mi puerta y olvide a cualquier mujer/hombre que se pose en sus pensamientos.

San Cipriano, tú que estás cerca del Todopoderoso, no consientas que dude de su amor a mí, al contrario, que piense, sueñe y suspire por mí. Que desee mantenerse conmigo y así poder tener la seguridad de que soy la persona perfecta para él/ella.

Que hoy, donde y con quien esté, anhele encontrarme. Que antes de dormir me recuerde, que al despertar me piense, que al comer mencione mi nombre, que al trabajar solo su memoria sobre mi interrumpa su memoria

Que sienta por mí lo que por nadie más sintió, que solo tenga paz al verme junto a él/ella. Que ansíe verme, abrazarme, sentir mi olor, tocarme, besarme, cuidarme y protegerme, y que este amor crezca cada día.

Gracias Santísimo, pues se que me escuchas y atiendes mi plegaria. Prometo divulgar tu santo nombre con fervor como ofrenda por traer a mi amor lleno de cariño, fidelidad y deseo. Amén.

Nota: Invoca esta oración por 3 días continuos en la mañana y en la noche con una vela blanca encendida frente a ti.

Regresa a mí, declaro que vendrás a mí en este instante (menciona el nombre). Ven a mí y dale luz a esta oscuridad, ilumina mi alma con tu presencia.

Ven a mí, que te extraño a cada segundo, minuto, hora y día de mi vida, pues eres parte de mi ser. Ven a mí, que te necesito en cada momento, porque eres tú mi alegría y motivación.

Ángel de la noche, que antes de dormir tenga visiones preciosas sobre mí, que me adueñe de sus sueños y deseos.

Ángel del Amanecer, que cuando despierte me vea en sus ilusiones, que sus labios al rezar por la mañana pidan por mi cercanía y que sus suspiros lleven mi nombre.

Ángel del amor, apunta los dardos del recuerdo y que la nostalgia de lo vivido a mi lado lo desespere hasta volver a estar juntos.

Ángel del desespero y Ángel de la guarda de (repite su nombre), los invoco para amansar su espíritu, que se aflija por no estar conmigo, y que venga a mí, sereno y apaciguado.

Espíritus, en general, hagan que venga a mí y no quiera desviar su camino nunca más. Que así sea.

Ten en cuenta: Para recomponer una relación bifurcada, reza durante tres días seguidos esta oración ven a mí, Pero antes, enciende una vela roja y al final, apágala y guárdala donde nadie pueda verla o tocarla.