Las ánimas del purgatorio son veneradas y admiradas por quienes aún nos encontramos deambulando en la tierra, puesto, que al orar a Dios Padre por su descanso eterno y para solicitar auxilio en una situación desesperada que nos quita el sueño, es posible su intercesión para que las peticiones sean escuchadas y los favores concedidos.
Las plegarias a las ánimas en pena son una poderosa herramienta capaz de revertir los efectos del pecado, por lo que si deseas salvar a las almas rezando por ellas y que intercedan por ti para socorrerte en escenarios difíciles que parecen un laberinto sin salida, no dudes en rezarles los días lunes y viernes y encenderle una vela blanca junto a un vaso de agua.
Oraciones a las almas
Cuando se elevan oraciones a las ánimas, espíritus y a las almas de forma constante, profunda y con buena intención para que El Todopoderoso las acepte en el cielo una vez cumplidas sus labores en el purgatorio para con la humanidad, su poder es tal que se otorgan deseos profundos, ayudan a personas de bien a materializar sus sueños y socorren en emergencias y lapsos de la vida en los que todo parece estar en nuestra contra.
Por su misericordia, las penurias que sufren y su conexión al plano terrenal, siempre estarán a favor de nosotros, los creyentes hijos del Dios y quienes rezamos por su salvación y nos encontramos en la búsqueda de la resolución de conflictos, aflicciones y el alivio de la sensación de ahogo de nuestro interior, es por ello que son frecuentes las peticiones a las ánimas en urgencias.
Oración a las animas del purgatorio
¡Oh, Padre nuestro! Escucha y atiende mis ruegos que están llenos de fe y humildad, mi deseo es que brille para las benditas ánimas la luz perpetua y dejen de vagar y penar en el lugar del juicio divino. Aléjalas de las puertas del infierno y del calor de las brasas, pues son tus hijos y fueron pecadores, pero están arrepentidos por cada falta.
Elevo con fervor esta oración anhelando que su espíritu siga el curso divino y lleguen a tu presencia y a de la Santísima Virgen María cuanto antes. Te suplico, Padre Celestial, cuídame señor, para seguir en el camino del bien y protegerme de la oscuridad, peligro y lo malvado de este mundo en el que vivimos. Amén.
Oración a las Ánimas benditas
Que una vez limpias de todo rastro de pecado, ya no sientan dolor, que no parezcan de hambre y sed, que nuestro Salvador, Jesús misericordioso, se apiade y las eleve al cielo y les otorgue la paz que tanto demanda su necesitado espíritu, que alaben a Dios y una vez a su lado, medien por los favores que diariamente imploro y por los espinosos obstáculos que tengo que superar.
Las honro y oro firmemente por ustedes, en especial por mis familiares y amigos que han partido antes de mí y están penando, que sepan que están presentes en mis rezos y que no les abandono. Que sus almas sean libres de sufrimiento y que la pureza de Dios los ilumine por toda la eternidad. Amén.
Oración a las benditas almas del Purgatorio para casos difíciles
Me dirijo a ustedes pues, al igual que yo, un día fueron mortales y conocen lo que estoy sintiendo, saben de urgencias terrenales lo mucho que puede preocupar y atormentar. Han sufrido y han sentido el dolor en carne propia, por eso, almas en pena, intercedan ante el creador por mí
Recen por mi tal y como yo, con exaltación y entusiasmo lo haré por ustedes ante la amorosa Virgen María para aliviar sus vuestras penas y condenas para que sean libres pronto. Pidan a Dios que aleje el mal de mis alrededores, que me confiera apoyo en necesidades y miserias, en desasosiego y tristezas, en ansiedades y zozobras.
Sagrada Virgen María, Madre de Dios y madre nuestra, me has cuidado, me has librado de peligros y como protectora benevolente vigilas mis pasos y me atiendes, no me abandones nunca. Te pido esta vez por las almas afligidas que habitan en el purgatorio, por las ánimas que ruegan piedad del pesar de ese lugar de juicio y pruebas dolorosas. Con tu corazón compasivo, balancea sus pecados con sus buenas acciones y libéralos del fuego ardiente. Que así sea, en el nombre de tu hijo, nuestro redentor. Amén.
Rosario por las almas del Purgatorio
El Santo Rosario se reza para solicitar a la Virgen María la intercesión divina ante su hijo, Jesucristo por todas aquellos recién fallecidos y almas en pena que sufren en el Purgatorio. Los Misterios Dolorosos son los meditados en este caso.
Misterios dolorosos
Luego, rezamos esta oración por el ofrecimiento del Santo Rosario:
Dios, Padre Bondadoso y Misericordioso, rige y reconoce mis pensamientos, palabras y obras hacia ti.
Virgen Santísima, concédeme la gracia de orar cada día y cada noche con devoción y fervor este Santo Rosario, el cual elevamos hacia ti para rogar por el resarcimiento de cada una de las ofensas cometidas en contra los corazones de Jesús, María y José, para que de esta forma se acelere su paso por las brasas del purgatorio y triunfe su espíritu.
Le pido a mi Ángel de la Guarda, a todos los Ángeles, Arcángeles, Santos del cielo, que me guíen y me orienten al repetir cada palabra de este Rosario y que mis plegarias sean escuchadas en el Reino del Padre Todopoderoso para pedir por el eterno descanso de las benditas almas del Purgatorio, especialmente por las más necesitadas y adoloridas, así como por todos los ancestros de nuestra familia. Amén.
¡Oh, buen Jesús! Que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, que sanaste y velaste por el bien de tus hermanos, mira con ojos de misericordia las almas apuradas de nuestros seres queridos que vagan y penan en el Purgatorio.
Dales, Señor, el descanso eterno y que brille para ellas la luz perpetua. Líbralas del temor, del dolor y confortar su espíritu con tu alivio divino.
Primer Misterio: La agonía de Jesús en el huerto.
“Este combate y esta victoria sólo son posibles con la oración. Por medio de su oración, Jesús es vencedor del Tentador, desde el principio y en el último combate de su agonía”.
Rezar 1 Padre Nuestro y 10 Ave María y un Gloria al Padre.
¡Oh, Jesús mío! Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
¡Oh, buen Jesús! Que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, que sanaste y velaste por el bien de tus hermanos, mira con ojos de misericordia las almas apuradas de nuestros seres queridos que vagan y penan en el Purgatorio
¡Señor Jesucristo, por medio de tu sudor de sangre, producto del dolor, que derramaste en el Huerto de los Olivos, te pedimos que tengas piedad de las Almas del purgatorio! ¡Líbralas de su temor, su dolor y consuélalas con el triunfo del consuelo celestial!
Dales, Señor, el descanso eterno y que brille para ellas la luz perpetua. Líbralas del temor, del dolor y confortar su espíritu con tu alivio divino.
Segundo Misterio: La flagelación de Jesús atado a la columna
“Los padecimientos de Jesús han tomado una forma histórica concreta por el hecho de haber sido «reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas» (Mc 8, 31), que lo «entregaron a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle». (Mt, 20, 19)” (CIC, 572).
Rezar 1 Padre Nuestro y 10 Ave María y un Gloria al Padre.
¡Oh, Jesús mío! Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
¡Oh, buen Jesús! Que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, que sanaste y velaste por el bien de tus hermanos, mira con ojos de misericordia las almas apuradas de nuestros seres queridos que vagan y penan en el Purgatorio
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa flagelación que padeciste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! Aleja de ellas el dolor de tu enojo y concédeles la tranquilidad eterna.
Dales, Señor, el descanso eterno y que brille para ellas la luz perpetua. Líbralas del temor, del dolor y confortar su espíritu con tu alivio divino.
Tercer Misterio: La Coronación de Espinas
“El amor hasta el extremo es el que confiere su valor de redención y de reparación, de expiación y de satisfacción al sacrificio de Cristo. Nos ha conocido y amado a todos en la ofrenda de su vida”. (CIC, 616).
Rezar 1 Padre Nuestro y 10 Ave María y un Gloria al Padre.
¡Oh, Jesús mío! Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
¡Oh, buen Jesús! Que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, que sanaste y velaste por el bien de tus hermanos, mira con ojos de misericordia las almas apuradas de nuestros seres queridos que vagan y penan en el Purgatorio
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa coronación que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio y concédeles la corona de la felicidad eterna!
Dales, Señor, el descanso eterno y que brille para ellas la luz perpetua. Líbralas del temor, del dolor y confortar su espíritu con tu alivio divino.
Cuarto Misterio: Jesús con la Cruz a cuestas
Rezar 1 Padre Nuestro y 10 Ave María y un Gloria al Padre.
¡Oh, Jesús mío! Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
¡Oh, buen Jesús! Que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, que sanaste y velaste por el bien de tus hermanos, mira con ojos de misericordia las almas apuradas de nuestros seres queridos que vagan y penan en el Purgatorio
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa carga de la cruz que Tú sufriste con tanta paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio! ¡Quítales la pesada carga del sufrimiento y llévalas a la paz eterna!
Dales, Señor, el descanso eterno y que brille para ellas la luz perpetua. Líbralas del temor, del dolor y confortar su espíritu con tu alivio divino.
Quinto Misterio: La crucifixión y muerte de Jesús
Rezar 1 Padre Nuestro y 10 Ave María, un Gloria al Padre y un Salve Regina.
¡Oh, Jesús mío! Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
¡Oh, buen Jesús! Que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, que sanaste y velaste por el bien de tus hermanos, mira con ojos de misericordia las almas apuradas de nuestros seres queridos que vagan y penan en el Purgatorio
¡Señor Jesucristo, por la dolorosa crucifixión que Tú sufriste con paciencia por nosotros pecadores, te pedimos que tengas piedad de las Almas del Purgatorio, ¡Muéstrales Tu Santo Rostro y llévalas hoy contigo al paraíso!
Para finalizar:
María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oración a las 13 Ánimas del Purgatorio para desesperar
En presencia de Dios bondadoso que me cubre con sus brazos y de ustedes que me miran con sus ojos, 13 benditas almas, pido que (di el nombre de la persona) sucumba en desesperación al no tenerme a su lado y que ninguna otra persona lo haga sentir atraído o sienta deseo por nadie más.
Que lo invada el desasosiego en alma y mente y que no pueda reposar ni un minuto al no saber de mi. Que su espíritu se sienta tranquilo y alegre únicamente al estar en mi presencia.
Que sus labios solo pronuncien mi nombre y sus ojos solo me vean a mi. Que sus manos busquen mi contacto y su olfato mi olor. Que sus oídos solo anhelen escuchar mi voz y la de nadie más.
Que cualquier relación del pasado sea olvidada, que si algún viejo amor se atreve a regresar sea detenido por un cerco de hierro forjado por Dios. Que sus ilusiones sean enfocadas únicamente en nosotros.
Mi amor es puro y real, ánimas del Purgatorio, cuiden de mi que yo oraré cada día por ustedes y concedan respuesta positiva a mis peticiones y permitan que solo habite yo en su corazón. Que sus almas descansen en paz y brille la luz perpetua. Amén.
Oración para pedir un favor a las Ánimas benditas del purgatorio
Ante ustedes presento esta solicitud, ya que por el poder humano y terrenal de mis manos no he podido lograrlo, ha sido imposible para mí y me cuesta sostenerme y mantener mi voluntad intacta. Ayúdenme y oren por mí que yo, como fiel seguidor/a, rezaré cada noche por su salvación y divulgaré su poder para que muchas más personas acudan a y supliquen por su descanso eterno.
Rueguen por mi para que el Santísimo atienda mis plegarias y sea concedido. Que sus manos sagradas me brinden protección y aleje toda mala energía de mi camino, que la sangre derramada por Jesús me llene de amor al prójimo y que su infinita clemencia se haga presente ante mis plegarias. Amén.
Oración a las ánimas benditas para el amor
Ánimas solitarias, que vagan en lo más profundo del purgatorio, en este momento enciendo una vela blanca para rogar sin cesar al padre redentor que les de el descanso eterno y perdone sus pecados cometidos en el plano terrenal. Almas benditas, recen por mi y accedan a esta petición que proviene de lo más profundo de mi corazón.
Mi alma está sedienta de amor, mi cuerpo hambriento de cariño, mis ojos necesitados de ver a (menciona su nombre) llegar hacia mi con los brazos abiertos. Auxílienme, almas desahuciadas en la cárcel del purgatorio, que en mi vida actualmente abunda la zozobra, la soledad y lo que más aspiro es sujetar su mano, cuidarle, mimarle y hacerle feliz.
Las invoco para que agiten el corazón de la persona por la que muero y vivo al mismo tiempo, que me piense, me recuerde y que no pueda sacarme de su mente. Que en su alma no haya cabida para el rencor, orgullo o falta que yo haya podido cometer, que mis defectos no sean perceptibles y que su amor por mi sea recíproco, saludable y real. Que se abran nuestros caminos y el destino nos una.
Si me conceden esta gracia, me comprometo a rezar día y noche por la liberación de su tormento en el purgatorio y su descanso eterno, de igual forma, pregonaré el gran poder al interceder ante Dios. Amén.
Oración a las ánimas benditas para peticiones imposibles
Almas benditas, no me olvido nunca de ustedes, adjudico mis plegarias para que sus faltas sean perdonadas y gocen de las promesas de la gloria de Dios, ruego con amor y fe por sus espíritus atormentados, que sean calmados y limpios de suciedad, para que entren al reino de los cielos renovadas e inmortales. Y una vez que llegue la hora de mi partida y mis pecados en la tierra perdonados, nos encontremos para gozar de la vida eterna.
Que el Padre justiciero, amoroso y bondadoso sentado en el trono del cielo me esconda de quién me intenté dañar o atacar y que los convierta en creyentes buenos y con buenas intenciones. Que me haga mejor cristiano y que me guíe en el sendero de la vida.
Por favor, almas sagradas, intercedan por mí ante nuestro Salvador, Jesucristo, para que mi oración sea escuchada y esta causa imposible pueda ser solventada, pues mi mente clama por socorro y mi cuerpo está cansado de nadar contra la corriente. Me comprometo a orar constantemente por el cese de su dolor en el purgatorio, que su espíritu se purifique y llegue pronto la hora de su encuentro con Dios. Amén.
Preguntas frecuentes
¿Cómo se le reza a las ánimas?
Como hijos de Dios, nuestra moral nos obliga a rogar por las ánimas benditas para ayudarlas y asistirlas a salir del terrible sufrimiento que padecen en el purgatorio, que paguen sus pecados y lleguen al cielo para estar con Dios por toda la Eternidad, aliviadas, libres y sin más dolor. Es recomendable encender velas blancas a las animas Santas que están penando junto a un vaso o copa de agua.
¿Cómo se le pide a las ánimas benditas del Purgatorio?
Quienes noblemente oran por las Santas almas del Purgatorio, son retribuidos por la ilimitada gratitud de las ánimas benditas por el inmenso favor hecho por ellas. Una vez son libres de pena y disfrutan de la beatitud del cielo, oran ante el trono de Dios por la seguridad, salud y bienestar de sus benefactores. Para pedir un deseo, favor o auxilio en un caso imposible, reza por el descanso de su alma con mucha fe y esperanza y ruega por su intercesión ante el Todopoderoso mencionando de forma específica la solicitud.
¿Qué día se le reza a las ánimas benditas?
Puedes hacerlo cualquier día de la semana, a toda hora, bien sea de día o de noche. Pero, son especialmente poderosas los días lunes y viernes de cada semana.